De la realidad de Jumbo a la fantasía de “Dumbo”

Arturo Arellano

Matthew Scott, fue designado como entrenador de Jumbo, y se le advirtió que no podía lastimarse porque sería la estrella del circo. Se dice que Jumbo y Scott generaron una complicidad única, al grado de que Jumbo sólo permitía que fuera este hombre quien se le acercara, no sólo para sus cuidados y control durante el espectáculo, sino para dormir tranquilamente, dado que Jumbo sufría de ataques violentos que Scott controlaba dándole whisky.